Crisis 2001 y fin del neoliberalismo


El 19 y 20 de diciembre estalla un conflicto  económico, político y social que depone al presidente De la Rúa y pone en jaque la estructura misma de nuestro país.

Desde lo social: más del 20% de desocupados y 60% de la población en la pobreza. Además el gobierno recorta entre el 8 y 13% las jubilaciones y salarios de empleados públicos.

Desde lo económico: el “Megacaje” es el último préstamo que se contrae para pagar dudas exteriores (aumentando en 55.000 millones la deuda externa argentina).
La convertibilidad había destruido a la industria nacional porque todo producto importado resultaba mucho más económico que aquél fabricado en una industria dolarizada.
El clima de incertidumbre genera que quienes tenían algún ahorro en el banco vayan masivamente a retirarlo, pero se declara el “corralito” que congela todos los depósitos y limita la extracción de dinero por cajero.

Desde lo político: la falta de credibilidad en los gobernantes llevó a la sucesión de 5 presidentes en una semana y al pedido de “que se vayan todos”.

Luego de la explosión del conflicto, se devalúa la moneda y abandona la convertibilidad con el dólar, se declara el default y se deja de pagar la deuda externa por unos años, se congelan los depósitos bancarios de ahorristas, se emiten bonos que funcionan como monedas paralelas, etc.

Los saqueos a supermercados, el no respeto a la orden de desarticular las manifestaciones y permanecer en los hogares, los cortes de ruta, etc. ponen en eje jaque la continuidad del sistema, porque justamente atentan contra la estructura capitalista.

También se generan economías alternativas, como los clubes del trueque, que se guían por lógicas diferentes.





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