Capitalismo argentino: modelo agroexportador

El modelo agroexportador: 1860 a 1930
Como hemos visto, el capitalismo se expandió a nivel global a partir del desarrollo de las industrias europeas. En este contexto, la inserción de la Argentina en el sistema capitalista fue a partir de la provisión de materias primas para esas industrias. En nuestro país existían enormes extensiones de tierra a las que se creía infinitas, sumamente propicias para la producción agropecuaria, tanto a partir del cultivo de la tierra como de la crianza de animales.
El otro aspecto de este tipo de integración con el mundo, fue que nuestro país, así como todas las demás colonias o países dependientes, se volvieron fundamentales como compradores de todos aquellos productos elaborados que las industrias europeas fabricaban.
Así, la inserción al capitalismo era doble: por un lado se proveía todo aquello que las industrias de los países desarrollados necesitaban, y por el otro se les compraba todos aquello productos que sobraban en sus países de origen.
Esta articulación de la Argentina con el mercado del mundo es, de hecho, la culpable de hacer de Buenos Aires el centro del país. Siendo el principal puerto, era el punto de conexión entre la producción local y la del viejo continente.
Durante el modelo agroexportador, durante el cual nuestro país recibió el conocido apodo de “granero del mundo”, la Argentina fue gobernada y conducida por una oligarquía liberal. Un grupo de grandes terratenientes que eran los principales beneficiarios de la explotación agropecuaria, que se encargó de generar las condiciones para la viabilidad de este capitalismo. Esto es: la consolidación de las fronteras, la “conquista del desierto”, la construcción de rutas y grandísimas extensiones de vías ferroviarias, el desarrollo de ciudades y zonas portuarias, el fomento a la educación primaria obligatoria y  a la inmigración, etc. Ninguna de todas estas medidas era al azar, todas ellas colaboraban a facilitar y potenciar lo que era la especialidad argentina: la exportación de materias primas.
Este tipo de capitalismo oligárquico liberal sigue al pie de la letra el pensamiento de Smith. El Estado debía intervenir lo mínimo posible en las cuestiones económicas, ya que el comercio y la reproducción de la riqueza individual llevarían necesariamente al progreso de la nación. Pero como el propio Smith ya decía, el Estado sí debía intervenir para generar las condiciones para que el capitalismo pudiera funcionar libremente. Estas condiciones eran justamente las que mencionamos recién, la construcción de rutas y ferrocarriles, la inmigración, la educación, etc. 
Como para expandirse económicamente y cumplir con las obligaciones comerciales Argentina necesitaba orden, el lema de acompaño esta época fue el de “Paz y administración”. Todas las iniciativas del gobierno estuvieron orientadas por la racionalidad y la generación de un contexto de estabilidad necesario para la expansión capitalista. De hecho, vemos a modo de ejemplo, cómo las ciudades que fueron diseñadas en esta época, como la ciudad de La Plata, siguen un diseño estrictamente racional, para permitir el libre flujo de trabajadores, transportes, etc.

Textos trabajados en clase

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